¿Sueñas con continuar tus largas veladas en los espacios al aire libre de tu hogar, pese a la llegada del otoño? Esto es precisamente lo que garantizan las estufas de exterior para disfrutar del jardín: ¡Calidez y un ambiente agradable!
Así como en verano las sombrillas nos protegen de los rayos del sol y nos permiten disfrutar de nuestro jardín a cualquier hora del día, las estufas de exterior nos protegen del clima frío.
Si, por tanto, nos gusta pasar tiempo con amistades y familiares en este espacio al aire libre, la solución perfecta para crear una atmósfera relajante en otoño (incluso en gran parte del invierno), son las estufas de exterior para disfrutar del jardín. Sobre todo porque logran proporcionar una gran calidez con consumos y costes realmente reducidos.
Lograr estos objetivos reside principalmente en elegir el tipo de estufa que mejor se adapte a nuestras necesidades. En VaDeCompras queremos enseñaros cómo estos dispositivos forjan un ambiente agradable y cuáles son las premisas a seguir para hacer una elección adecuada.
Índice de contenidos
Aportes de las Estufas de exterior
Comprar estufas de exterior para disfrutar del jardín significa preservar la calefacción de los agentes atmosféricos y optimizar este espacio que, tradicionalmente, en la época invernal, no sería aprovechable por el frío.
El hecho es que con estos dispositivos es posible aumentar la habitabilidad de los jardines durante otoño e invierno, pero promoviendo el consumo ecosostenible y al ahorro energético, limitando las pérdidas de calor.
He aquí algunos beneficios de las estufas de exterior:
- El calor se transmite y se distribuye solo en el jardín, porque este tipo de sistema de calefacción no calienta el aire, sino los objetos y las personas, permitiéndote experimentar una sensación agradable de calor en la piel.
- Contribuyen a un mayor ahorro económico porque reducen el consumo eléctrico por calefacción.
- Permiten ahorrar espacio.
- Hacen posible que podamos disfrutar de nuestro jardín en cualquier época del año, incluso en invierno, o al menos a mitad de temporada.
- Suministran un calentamiento rápido y casi que inmediato, sobre todo en los modelos eléctricos.
- Son una posibilidad de distribución temporal del calor, cuando queremos satisfacer nuestras necesidades más urgentes, incluso durante unos minutos como fumar un cigarrillo, por ejemplo.
Las estufas de exterior para disfrutar del jardín representan, sin duda, la solución más óptima para distribuir el calor en el menor tiempo posible, aunque es necesario encenderlas unos minutos antes para que cumplan con su función.
Criterios en los que basar la elección
El tipo de estufa de exterior más común es la estufa de gas que, como su nombre lo indica, se alimenta con gas o con combustible distribuido por un sistema fijo. Por consiguiente, el calor se regula mediante un botón o un grifo, como el que se encuentra en una cocina de gas, incluso este dispositivo se enciende simplemente presionando un interruptor.
Ojo, también hay que destacar la estufa eléctrica que se caracteriza por utilizar tecnología de calentamiento por infrarrojos. Suele ser silenciosa, inodora y fácil de usar y, por lo general, nos permite ajustar el nivel de calefacción deseado.
Ahora, ¿por cuál me decanto? A continuación precisamos algunos factores a tener en cuenta antes de elegir:
La superficie a calentar en m²
El tamaño de la superficie es necesario para decidir por qué tipo de calefacción optar. Para pequeños jardines, por ejemplo, la estufa de exterior eléctrica es más adecuada y recomendada porque no emite CO2, e incluso es menos potente que la de gas. Además, ¡calienta muy rápido!
Para calentar un área más grande y superior a 15 m², recomendamos elegir una estufa de exterior de gas. Especialmente porque son más potentes y cubren un mayor rango de superficie que las estufas eléctricas de exterior. Eso sí, el calor que difunden las estufas de gas es más duradero, pero también progresivo.
Materiales
Los materiales utilizados en las estufas de exterior para disfrutar del jardín aportan estética al entorno, pero también hacen que estos dispositivos de calefacción sean más resistentes.
En el mercado podemos encontrar modelos en aluminio y hierro. Ambos son sólidos y de calidad, pero también económicos. Además el aluminio le da un toque más moderno al exterior mientras que el hierro proporciona a nuestro jardín un estilo industrial y retro.
Sin embargo, el acero inoxidable es el material más extendido y de mayor calidad. Sobre todo porque es más resistente a la intemperie y la humedad.
Movilidad y conveniencia
Las estufas eléctricas de exterior deben alimentarse con una toma de corriente, lo que las hace menos móviles que una estufa de gas, pero tienen la ventaja de ser menos pesadas (entre 10 y 15 kg).
Las estufas de gas, por su parte, son muy móviles al desprenderse de cualquier conexión. Según el modelo, el peso puede oscilar entre 19 y 26 kg, sin mencionar las bombonas de gas de 13 kg, que son necesarias para su correcto funcionamiento. Ojo, este peso es también el elemento que garantiza su estabilidad.
Potencia de calefacción de la estufa
Una estufa de exterior a gas ofrece un calentamiento más lento, pero intenso (entre 3000 y 13000 W), y este calor dura más que una estufa eléctrica. Esta última, sin embargo, calienta muy rápidamente la zona en la que se instala, aunque ofreciendo una menor potencia que van desde 650 a 2000 W.
Altura de la estufa exterior
Por motivos de seguridad, las estufas de exterior para disfrutar del jardín tienen una altura entre 1,80 y 2,30 metros. Ahora, cuanta más alta sea la estufa, mayor será el área de difusión del calor.
Diseño
Incluso las estufas de exterior ofrecen una amplia variedad de diseños, por tanto, es posible encontrarlos en diferentes colores (negro, metal, blanco, marrón), así como en distintas formas y características.
Conclusiones
No hay duda, las estufas de exterior para disfrutar del jardín son imprescindibles para quienes no quieren renunciar a pasar horas al aire libre en otoño e invierno, sin sufrir frío.
Ya lo sabéis, hay diferentes tipos: las estufas eléctricas que son las más económicas porque no requieren instalaciones ni mantenimientos complejos, y las estufas de gas que destacan por ser más potentes, pero también más exigentes porque necesitan una bombona de gas para funcionar.
En resumen, ambas tienen sus pros y sus contras, por lo que realizar una elección conforme a vuestras necesidades es lo que os ayudará a hacer la diferencia.